La forma como nos comunicamos cambió, la radio, la televisión, el internet han marcado hitos importantes a lo largo de la historia, pero la cuarta revolución industrial trajo consigo más de lo que pudimos imaginarnos. La comunicación está en uno de los cambios más disruptivos que nunca antes la humanidad ha experimentado, las formas de comunicación se han multiplicado y la interconexión de las personas a través de la tecnología llegó a niveles exponenciales.
La tecnología y la innovación llegaron para quedarse demandando que las empresas no solo se adapten a estos entornos cambiantes sino que identifiquen oportunamente los procesos en los que deben innovar, así la tecnología está poniendo a la comunicación como protagonista en las organizaciones, ya que, frente a un nuevo perfil de colaborador que demanda acciones rápidas, ama el cambio, tiene comportamientos “multitasking”, y que busca estar todo el tiempo interconectado; se hace necesario la reconfiguración de la interacción comunicativa interna. Si bien es cierto que la existencia de múltiples sistemas de comunicación y herramientas digitales ahorran tiempo, también puede ser un riesgo de perder la cercanía de las personas, y es precisamente en este contexto en el que es necesario colocar a la persona en el centro de las acciones que realicemos como comunicadores.
En este escenario, el mayor reto de la comunicación interna es humanizar la comunicación con la tecnología. Es la oportunidad de crear nuevas estrategias, para ello, es necesario reinventar nuestra forma de pensar, haciendo la comunicación más holística y menos especializada, centrándonos en las personas, facilitando la humanización de las relaciones.
Mencionaré siete retos que la comunicación interna debe tener frente a la innovación y la tecnología en las organizaciones:
- Los comunicadores internos no solo debemos conocer el negocio de nuestras organizaciones, sino debemos aventurarnos a conocer y experimentar lo que otras áreas realizan. Aprendamos de ellas sin miedo, mientras más distinto será mejor, esto enriquecerá nuestros discursos y mensajes comunicacionales.
- Las estrategias nos las darán las mismas personas (colaboradores). Escuchémoslos, observemos sus entornos digitales, laborales y sociales. Probemos nuestras propuestas, pidamos feedback y opiniones al público objetivo.
- Elaboremos nuevos modelos de interacción de las personas con la tecnología, establezcamos acciones de acuerdo con la realidad y cultura organizacional de nuestra empresa. Recordemos que las recetas no siempre funcionan y tienen el mismo resultado en las organizaciones, cada organización es distinta y requiere estrategias diferentes que se adapten a su estilo organizativo y a su cultura corporativa.
- Exploraremos nuevas herramientas digitales y tecnológicas como el chat bot, big data, inteligencia artificial, cloud computing y otras tecnologías emergentes, ello nos ayudará a mejorar y optimizar nuestras acciones comunicacionales. No tenemos que ser expertos o científicos de datos, pero si debemos entender cómo funcionan y cómo podemos aplicarlas a nuestra estrategia.
- A través de la comunicación establezcamos y promovamos una cultura digital, con propósito, centrada en educar a los colaboradores, quienes deben sentirse involucrados con los cambios, pues ellos serán los que implementen la cultura digital.
- Democraticemos la innovación. La mentalidad innovadora debe estar presente en todas las áreas de la organización y, para ello, la comunicación y la transmisión de conocimiento entre las diferentes áreas es vital.
- Cultivemos constantemente nuestra capacidad de cambio y adaptación, así como también nuestra capacidad de aprender y desaprender; derribemos el mito de la perfección y démosle paso al error.
La tecnología y la innovación no deben verse como una manera de desplazar a las personas y reemplazarlas por máquinas, sino deben usarse para optimizar y mejorar nuestras experiencias, tareas y procesos haciéndonos más estratégicos y menos operativos. Está claro, que las interacciones y las relaciones seguirán cambiando, la tecnología seguirá impactándonos, el futuro es incierto, sin embargo, tiene mucha razón Steve Jobs cuando dijo “la tecnología no es nada. Lo importante es que tengas fe en la gente, que sean básicamente buenas e inteligentes, y si les das herramientas, harán cosas maravillosas con ellas”. Siempre serán indispensables las personas.
Este artículo fue parte del E- Book “Anuario de Comunicación Interna”producido por Dialogus CI
Puedes encontrarlo en este enlace https://goo.gl/78TpNz
